Para felicitar las fiestas queríamos destacar la importancia del agua para uno de los mayores atractivos de Murcia, su huerta.
Donde hay agua, nace una huerta
La cultura que se generó durante siglos alrededor del agua y su aprovechamiento agrícola en la Huerta del Segura, tuvo un momento decisivo durante la época árabe para dotar a la Huerta de su fisonomía peculiar con una extraña perfección en su sistema de riegos, parece que ya existía huerta en el año 831, según Díaz Cassou y que ésta fue mejorando la infraestructura después de la Reconquista de la Región por Alfonso X y más tarde su suegro Jaime Iº.
Es patente la influencia musulmana en el desarrollo de la expansión de zonas de cultivo que se refleja, en el amplio léxico que mana de la relación hombre-aguahuerta y en el uso de voces de origen árabe, tanto en los determinantes como en las acciones, así como en la toponímica huertana.
La estructura de regadío de la huerta fue concebida de manera matemática y perfeccionada durante un proceso que duró siglos, y del que Díaz Cassou llegó a decir que era semejante al organismo humano, en que un sistema de arterias lleva la sangre a todas partes del cuerpo; de dónde las recoge y devuelve al torrente circulatorio los mil pequeños cauces de nuestro sistema venoso.
El avance científico ha suplantado viejos procesos por otros más ventajosos y productivos. Las leyes han evolucionado y por ende la expresión y la manera de denominar las cosas y los hechos. No obstante los vocabularios engendrados y utilizados por millones de personas históricamente, que dedicaron su quehacer a la agricultura, no quedan por ello trasnochados ni obsoletos, quizás fuera de uso, pero imprescindibles para realizar cualquier tipo de estudio antropológico o aproximación a lo que fue la esencia del ser huertano.